¿Quién ganó el debate presidencial según las redes sociales?
Una mediación de las redes en tiempo real durante el debate mostró ganador a Alberto Fernández, con 330.000 menciones y un alcance a más de 404 millones de personas. Macri fue mencionado 263.000 veces, con un alcance de 353 millones de usuarios.
El monitoreo se realizó el domingo entre las 19 y hasta las 2 de la madrugada, por nuestros sistemas, cuando todavía se sentían los efectos del debate en Santa Fe. Con técnicas de big data e inteligencia artificial en Twitter, Facebook, Instagram y material de clipping digital, se pudo determinar el candidato de Juntos por el Cambio y el del Frente de Todos concentraron el 77% de las menciones sobre el debate. De un total de 770.537 referencias, Alberto obtuvo el 43% y Macri el 34%.
El debate tuvo a Alberto Fernández como un claro ganador por haber tenido mayor repercusión en redes sociales y por haber concitado en torno a su figura un predominante sentimiento positivo
RGPD – Regulación General de protección de Datos de la Union Europea
n el pasado empresas como Facebook y otras tecnológicas se enfrentaban a pocas limitaciones en el uso de datos personales de sus usuarios, pero eso cambiará este viernes tras casi diez años de batalla de lobbies en los 28 países de la Unión Europea (UE).
¿Por qué llegan ahora las nuevas regulaciones?
La protección de datos es un derecho fundamental en la UE. “Toda persona tiene derecho a la protección de los datos de carácter personal que la conciernan”, señala la Carta de Derechos Fundamentales del año 2000. Sin embargo, a partir de 1995 la Carta se vio bastante superada por las transformaciones que provocaron Google, Facebook y otros, que no eran previsibles. A ello se suma que hasta ahora la aplicación de las leyes se dejaba en manos de cada país. Hace dos años los miembros de la UE y la Eurocámara acordaron la nueva normativa de protección de datos y a partir del 25 de mayo todos los países deberán cumplirla.
Facebook aportó recientemente un fuerte argumento para estos cambios: hasta 87 millones de usuarios se vieron afectados por un nuevo uso ilegal de sus datos. Su máximo responsable, Mark Zuckerberg, se mostró arrepentido y se convirtió casi en un embajador de las nuevas normas europeas. Anunció que se usarán en el futuro en todo el mundo Otras compañías como Microsoft, han confirmado que usarán los principios básicos del GDPR para todos sus usuarios, sin importar dónde residan.
¿Qué regulan las nuevas normas?
Sobre todo la utilización de los datos personales por parte de empresas, asociaciones o autoridades. Es decir, por ejemplo, el nombre, dirección, email, número de documento de identidad o dirección IP. Da igual cómo se guarden los datos, si de forma digital, en papel o video. Las informaciones especialmente sensibles como creencias religiosas, salud o vida sexual únicamente se pueden utilizar en casos excepcionales.
Las nuevas regulaciones también rigen para empresas de fuera de la UE que ofrecen sus servicios en su territorio. Por eso se ven afectados gigantes de Internet como Facebook y Google.
El GDPR incorpora lo que se llama privacidad por diseño (privacy by design, en inglés), que obliga a las compañías e instituciones a obtener un permiso explícito para recabar datos personales (razón por la que están apareciendo, en servicios web basados en Europa, carteles pidiendo el consentimiento del usuario para almacenar sus datos).
¿Qué cambia para los consumidores?
La promesa de la Comisión es que los ciudadanos puedan recuperar el control sobre sus datos. Por ejemplo, se les garantiza un ” derecho al olvido“. Los datos que ya no se necesiten para el objetivo inicial por el que se guardaron deben ser borrados. Los usuarios también tienen derecho a saber cuáles son las informaciones que tienen de ellos las empresas y organizaciones.
Asimismo, reciben un derecho a la portabilidad de datos, que les permite llevarse fotos, contactos o emails consigo si cambian de compañía. También tienen que ser informados si sus datos se han visto vulnerados por agujeros de seguridad o ataques de hackers. Si esto representa además un riesgo para ellos, las empresas deben informar a las autoridades del país.
¿Cómo se pondrá en práctica todo esto?
Hasta el momento la protección de datos en la UE era bastante poco efectiva, entre otros por la falta de sanciones. En cambio, a partir de ahora se podrán aplicar multas de hasta 20 millones de euros o un cuatro por ciento de la facturación anual mundial de la firma, según cuál sea la cifra más alta. En el caso de Facebook se supera fácilmente la marca de los 1000 millones. Para aplicar la sanción se tendrán en cuenta factores como la gravedad y duración de la infracción, el número de afectados y la premeditación.
¿Qué tienen que tener en cuenta las empresas y otras organizaciones?
Básicamente recopilar la menor cantidad posible de información: solo deben reunirse los datos que sean realmente necesarios. Y estos datos tienen que guardarse con un nivel de seguridad que impida un acceso no autorizado o ilegal, pero también que haga imposible que se pierdan por error.
Además, la información no puede ser guardada durante más tiempo del necesario ni utilizada para otro fin que el original. Las empresas deben explicar a sus clientes en un lenguaje sencillo por qué requieren esos datos y durante cuánto tiempo se guardarán. Las firmas y organizaciones que trabajen con muchos datos personales tendrán que nombrar a una persona encargada de este tema.
La nueva regulación aplica a cualquier compañía, sin importar el país en el que esté basada, ya que debe respetar el reglamento para poder operar en el mercado europeo.
EE.UU: El beneficio manda
Algunos expertos sostienen que los sistemas de inteligencia artificial que gobiernan Facebook son el mejor reflejo del modelo de desarrollo que Estados Unidos representa para este sector: son opacos, se desarrollan sin grandes consideraciones éticas para servir únicamente a intereses empresariales y nadie es castigado más allá de una reprimenda sin consecuencias por los efectos nocivos que tienen en la sociedad. “Desafortunadamente, es el sistema que impera en la actualidad porque Estados Unidos todavía lidera el desarrollo de la inteligencia artificial”, añade Ramón López de Mántaras, director del Instituto de Investigación en Inteligencia Artificial del CSIC.
Washington delega en las empresas. Los réditos económicos atraen a los mejores científicos en la materia, y son un gran acicate para las compañías. Es algo que se refleja bien en la composición del sector de la inteligencia artificial. Mientras Estados Unidos reúne al mayor número de empresas e instituciones de investigación con el 28% del total -frente al 25% de la UE y el 23% de China-, la balanza está muy escorada hacia el sector corporativo: el 41% de las empresas de IA en el mundo son americanas, pero solo el 13% de los centros de investigación ondean la enseña de las barras y estrellas.
Es justo lo opuesto a lo que sucede en China, que suma el 42% de las instituciones de I+D del sector, pero solo el 7% de sus actores industriales (datos del informe Artificial Intelligence, a European Perspective, de la Comisión Europea). La excepción está en el desarrollo de tecnología militar. En junio de 2018, el Pentágono creó el Centro Conjunto de Inteligencia Artificial que, según el New York Times, contará con un presupuesto de 1.700 millones de dólares para el próximo lustro.
No obstante, el Departamento de Defensa también se apoya en grandes corporaciones para diseñar las futuras armas que otorgarán la victoria en la ciberguerra que todos temen. Según Data Center Dynamics, el consejero delegado de Amazon, Jeff Bezos, se mostró abierto a trabajar para el Ejército de EE UU “aunque no resulte popular”, y Brad Smith, presidente de Microsoft, defendió ante las quejas de sus empleados que “el Ejército tenga acceso a la mejor tecnología que creemos”.
Hay mucho dinero en juego, pero la teniente general de la Fuerza Aérea de Estados Unidos VeraLinn Jamieson aseguró el año pasado que es poco si se compara con el presupuesto que está destinando China, y reconoció que entre los militares estadounidenses preocupa la posibilidad de perder la guerra digital. “Mientras Rusia -el país que más atención recibe- muestra su interés por llevar a cabo ambiciosos experimentos en materia de IA, China ya tiene los medios para su consecución”, afirmó Jamieson. “Los datos son un arma, y debemos comenzar a tratarlos como tal”.
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Fuente: La Nacion