Los datos son el nuevo oro
Esta sentencia se ha convertido en uno de los mantras más repetidos en todos los sectores de negocio. Y no es de extrañar. Las compañías manejan día tras día una cantidad ingente de información relacionada con proveedores, clientes y empresas del mismo sector.
La capacidad de organizarla y convertirla en un conocimiento útil para la empresa supone un valor incalculable, un ahorro de costes y incremento de beneficios a medio plazo extraordinario. Los profesionales en consultoría en Big Data son los encargados de conseguirlo.
Sin embargo, las necesidades de las empresas en este sentido distan mucho de estar cubiertas. Un reciente artículo en el diario español El Mundo apuntaba que, según datos recogidos por Mobile World Capital Barcelona, “el número de ofertas con perfiles digitales creció en el año 2020 un 80%”. Sin embargo, las personas preparadas para desempeñar esas labores no crecieron al mismo ritmo: “La cifra de candidatos idóneos tan solo creció un 23%”. El mejor camino para adaptarse a las necesidades del mercado pasa por la formación.
En el marco de su transformación tecnológica, las empresas son especialmente conscientes de las necesidades de encontrar personas que sepan manejar los datos, que sepan moldearlos, estructurarlos para conseguir los beneficios asociados al control de lo mismo.
El análisis de datos, los aspectos relacionados con el Big Data, ofrece oportunidades que van más allá de lo que imaginamos. Uno de los ejemplos que más puede sorprendernos pasa por Hollywood. Tras el cambio estructural que ha supuesto el desembarco y la expansión de las plataformas de streaming, la analítica se ha convertido en uno de los roles más importantes en un futuro, y un presente, en que el análisis de los datos es fundamental en la toma de decisiones sobre los productos que se van a crear.